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Daniel Stingo

"Mirando cachureos y antigüedades pierdo la noción

del tiempo"

No quedan mesas en el restaurante Avvocato (café y pasta) que está en pleno centro cívico de Santiago. Llegamos a la hora de almuerzo de un miércoles y el panelista del matinal de Mega nos está esperando. Como es alto, logramos verlo rápidamente. Está a un extremo del local y desde ahí nos hace señas avisándonos que encontró mesa. Este restaurante, de especialidad italiana, es el punto de encuentro de los abogados y Stingo es comensal habitual.

Luego de este almuerzo reparador, caminamos con Daniel en medio de la multitud por las céntricas calles. El abogado camina dos veces al día para ir y venir entre sus dos oficinas, una en el paseo Valentín Letelier y la otra que está en Rosas.

En su recorrido nos muestra la Fuente Oficial (Valentín Letelier 1316) donde el burrito relleno con porotos verdes y carne de pavo saca aplausos. Y se detiene en el local You Yi de comida china (San Ignacio de Loyola 48). "Aquí siempre elijo un menú sin ají con carne mongoliana, chapsui de pollo, arroz primavera y chaufán. Es lejos la mejor comida china que conozco". Y como su otra debilidad es la gastronomía peruana, el restaurante Los Tesoros del Inca, (Catedral 1213) es paso obligado. "Tiene unas salsas muy ricas para comer con pan antes del plato principal y generalmente pido, ají de gallina o tallarines al pesto con bistec".

Cuando quiere hacer vida social se va al Tokio Sushi (Paseo Bulnes 137). "Allí soy amigo del dueño, de los mozos y de los cocineros", comenta.

Su día laboral en el centro termina cuando cae el sol. Entonces, toma el metro hasta la estación Hernando de Magallanes que está a un par de cuadras de su casa en Tomás Moro. "En la plaza de Tezcuco con Pretoria juego fútbol con mi hijo y en la de Cuarto Centenario paseamos a nuestro perro Elliot", dice.

El abogado comenta también sus visitas al emblemático Persa del Biobío. "A veces encuentro antigüedades como lámparas de mineros o de antiguos trenes. Le he comprado varios cuadros al pintor Próspero Araya que tiene una pequeña pinacoteca aquí. Mirando cachureos y antigüedades pierdo la noción del tiempo".

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Macarena Venegas:

"La vorágine de Santiago me atrae,

así como el encanto

de sus calles"

Al atardecer nos sentamos con Macarena Venegas en la ondera terraza del segundo piso del mítico restaurante Sarita Colonia en el barrio Bellavista. "La experiencia aquí es macabramente grata. La decoración sepulcral te acerca a la muerte como en esos países donde existe veneración por el más allá", dice. Y continúa hablando entusiasmada de este local marcado por la gastronomía peruana y un estilo kitsch. "En la terraza te sigues conectando con el cielo mientras miras a la Virgen del cerro San Cristóbal que te invita a ascender con ella. Es un espacio místico, sagrado, donde los profanos sienten que tienen una opción de salvarse aunque estén condenados al fuego eterno del infierno".

La abogada creció en la calle Dublé Almeyda en Ñuñoa. "Me encantaba ver los árboles gigantescos de la calle José Domingo Cañas y jugar en la plaza. Le tengo mucho cariño a la luz de sus árboles y al olor de sus calles".

Si vuelve a sus lugares de infancia, va al Teatro UC (Jorge Washington 26) y si quiere "rockanrolear" pasa por la legendaria Batuta. Como buena bailarina también es asidua al club La Feria (Constitución 275) donde encuentra buena música electrónica.

Cada vez que va a Providencia es como "de la casa" en la cafetería La Escarcha (Manuel Montt 042) donde "ama" tomarse un cortado antes de ver una obra en el Teatro Nescafé de las Artes.

Y por esos mismos lados, comer erizos con un chardonnay "heladito" en El Baco (Nueva de Lyon 113) es uno de sus placeres culpables. Si las ganas son de un "inigualable" crudo reserva en el restaurante alemán Biergeist (Nueva Costanera 3100), que no falla.

El parque Bicentenario lo visita para correr, andar en bicicleta y para ferias entretenidas. Muy cerca, el barrio El Golf la atrapa con sus restaurantes, cafés y calles. "Me encanta caminar por las calles de este barrio y visitar cada domingo la feria de antigüedades de la Plaza Perú. Esta plaza es como el corazón del sector, un espacio encantador donde me siento en paz".

"La vorágine de Santiago me atrae, así como el encanto de sus calles y sus edificios con historia que le dan una magia única como capital".

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Carmen Gloria Arroyo:

"Me encanta Chicureo, es un vida muy parecida a la de un pueblo"

Es viernes en la noche y el envolvente olor a carne del restaurante A Dos Fuegos, en Chicureo, de Bernardo Borgeat, pareja de Carmen Gloria Arroyo, se siente a varios metros. En medio de la música en vivo y las parrillas encendidas de este local nos recibe con su carisma de siempre la "jueza" de Chilevisión. La abogada hace un poco más de un año se vino a vivir a Chicureo con Bernardo. "Me encanta, es un vida muy parecida a la de un pueblo, es como vivir en provincia pero al lado de Santiago", dice mientras el mozo del local nos sugiere un matambrito (corte de carne típicamente argentino), plato preferido de la abogada.

Por estos lados hace una vida lejos de las luces de la televisión. "No salimos mucho, desde que nos vinimos aquí preferimos disfrutar nuestra casa y el jardín. Algún fin de semana vamos a la playa y hace poco redescubrimos Rapel".

Y agrega: "Definitivamente soy muy poco urbana. Adoro la vida de campo, hacer mermeladas, comida casera y disfrutar la naturaleza", dice la "jueza", a quien le encantaría pasar su vejez en Puerto Varas.

En Chicureo, los sábados, Carmen Gloria hace panoramas con sus hijos y cocina algo rico para el almuerzo. El asado en su casa es un ritual sagrado donde su pareja, reconocido asador argentino, es el amo y señor de la parrilla. "Puede ser sábado o domingo, con amigos o sólo la familia, pero asado habrá", asegura.

Saliendo de la carne, también sucumbe ante los mariscos de don Gilberto, en Chicureo, y es típico que los fines de semana encargue erizos para prepararlos en su casa. Cerca de su oficina, en Providencia, aplaude la cocina de varios locales. "Tengo casi una adicción por el restaurante francés Le Bistrot, aquí mi plato favorito es el confit de canard (pierna de pato)". Para comprar la verdura se inclina por la Vega Central. "Es un panorama de fin de semana en familia; es elegir directamente los productos de primera calidad mientras nos divertimos con las conversaciones con los vendedores", comenta.

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