He tenido una conversación literaria con Alberto en el último tiempo y eso me hizo venir. Como que lo siento cercano como escritor". Pablo Simonetti

"En estos cócteles las amistades y la comida se cortan en pedacitos. Fuguet invita sólo a sus amigos y no quiere abrir el evento a sus verdaderos admiradores. Me voy", dice un misterioso señor —que no está invitado— y que no quiere dar su nombre en la puerta de Nave, centro de creación y residencia, espacio cultural del Barrio Yungay.

Son las 19:40 horas y ausente de lo anterior, Alberto Fuguet le da instrucciones al oído al DJ que tiene la petición expresa de "hacer bailar a todo el mundo". «¿Algún pedido especial?», le preguntamos. "Muchos, pero lo tengo todo", responde el artesano de la tornamesa. Faltan sólo minutos para que Fuguet presente a "Sudor" (Penguin Random House, 2016) en público. Es su última novela.

Poco a poco la azotea encarpada comienza a llenarse de amigos e invitados ilustres. Fuguet ya pasó de una cerveza a una copa con un líquido amarillo. Se ve ansioso.

El cielo nuboso y rojizo decora un ambiente de mirador insuperable para un Santiago que en esta noche y en la novela es protagonista directo de las acciones. Varios invitados lucen perfectos pantalones pitillo y el espacio se llena de atuendos vintage, sombreros, barbas frondosas y telas coloridas.

Uno de los primeros en llegar —y también en inaugurar la barra— fue Pablo Simonetti. "No sé si estoy en condiciones de hablar mucho, estoy disfrutando", dice cerveza en mano. "He tenido una conversación literaria con Alberto en el último tiempo y eso me hizo venir. Como que lo siento cercano como escritor, fíjate".

—¿Qué te sugiere el sudor de Fuguet?

—Un libro que pretende romper con los velos desde la primera página y establecer su premisa: vamos a hablar de esta historia sin ninguna hipocresía. Eso es sudor, una representación verbal de la no hipocresía.

¡Que cante, que cante!

Pasada las 20:00 horas la opinión es unánime: Fuguet se ve nervioso. Vienen los discursos a cargo de una representante de la editorial y del editor de la novela, Vicente Undurraga, quien cierra sus palabras con un lapidario anuncio: "Por ordenanza municipal, la fiesta no puede prolongarse más allá de las 12 de la noche". Suena una leve silbatina.

Entre los invitados están el crítico Alvaro Bisama, los actores Ignacia Allamand, Ariel Levy y Pablo Cerda. También el periodista Iván Valenzuela, entre otros.

Es hora de escuchar a Fuguet, quien salió a escena a eso de las 20:20.

"Que cante, que cante"... grita alguien escondido entre el tumulto. Tras las risas, micrófono en mano, irrumpe Fuguet al estilo animador de eventos.

"Hace 26 hice una fiesta para celebrar a "Sobredosis" y en realidad no sé qué había que celebrar: El título no fue mío, la portada no era mía, la foto no fue mía. De hecho, el libro aparecía con una firma que no era mía... (Risas). Se hizo una fiesta en la calle Suecia y si bien esa noche fue horrible, a pesar de que hubo mucha cocaína gratis... Terminé con una mina, porque estaba medio confundido" (carcajadas).

"(‘Sudor') ha sido un largo viaje. Todos saben que no bailo, no voy a fiestas, pero esta noche tengo ganas de celebrar. Estoy contento; hay muchas caras que son importantes para mí. Este libro habla del Santiago que me gusta, en el que me siento cómodo, pero creo que celebra la vida, el gozo, pasarlo bien... No sé si habrá otra fiesta más en mi vida. No creo que celebre mis cumpleaños. Ya no tengo más años por cumplir, pero, en este caso, tengo ganas de celebrar. Los invito a bailar, a sudar, a gozar y comentar el libro. Gracias por venir". En medio de aplausos un tierno beso con su pareja, de nombre Fernando García, a quien ya había mencionado en su discurso. "con Fernando hemos sudado mucho".

Fiesta, fiesta

Puntapié inicial para la fiesta y un set list capaz de mover las piernas de cualquiera. Suenan las Spice Girls y Alfredo Lewin, sigilosamente intenta abandonar el lugar. "Alfredo, ¿dónde hay más sudor: en la literatura o en el rock?". "Emmm... es complejo, probablemente diría que en el rock, por la manera que uno comulga con el artista que es más pegote, más íntima, más sudorosa, pero me quedo con el discurso de Alberto que nos quiere mostrar en el ambiente de esta novela, algo como blondie, como Santiago underground donde hay mucha intensidad, mucho sudor.

—¿Es hora de cuidar a Fuguet?

—Me da la impresión de que desde "Mala onda" en adelante lo hemos cuidado harto, pero él tiene una visión diferente. Cree que este país y el ambiente literario no han sido del todo amables con él, que han sido duros, etc. Yo sé que en la literatura tienden a subvalorar a Fuguet, pero siempre lo he considerado mi principal inspiración en Chile. Para mí, es el más influyente de mi generación. Tenemos que valorarlo y hacerle cariño, necesita respeto y admiración. Hoy se ve feliz, siempre con el discurso de que no le gusta todo esto, pero tiene que disfrutarlo porque se tiene que dar el derecho para hacerlo.

Al son de Madonna hace su irrupción Roberto Merino... "Don Robert, ¿usted no estaba muerto?, le decimos. "No sé que hago aquí. Llegué como extraterrestre, rebotando, pero me parece que es bueno estar donde está Fuguet. Está haciendo cosas, muy activo y siempre me resulta atractiva su figura literaria. Estuve enfermo en el verano, pero estoy recuperado, ya sobreviví. «Sudor» para mí es un misterio... no sé nada".

Ya suenan Supernova, Britney Spears, Boy George y un interminable mix de hits. "¿Bailemos Whitney?", le dice uno de los invitados a otro. Y todo es alegría. "¿Podemos hablar?", le preguntamos a Fernando García. "Prefiero preguntarle a Alberto, antes", dice, pero desaparece de nuestro alcance.

Mientras firma libros y se toma selfies, abrimos micrófono con Alberto Fuguet.

—Como nunca te hemos visto disfrutar en esta noche de fiesta, ¿estamos frente a un nuevo Fuguet?

—No. A la hora de los quiubos, son tal los nervios que el escenario te da esa adrenalina para zafar, pero no me gusta esto de los discursos. A mí me gusta escribir porque si no estaría en la tele. Con la radio no tengo problema.

—Tírate una sinopsis no comercial de "Sudor".

—Algo así cómo: ¿Realmente conoces Santiago? ¿Tienes idea de lo que sucede mientras duermes? Eso es muy de siglo XXI.

—¿A qué sabe tu "Sudor"?

—Tiene que ver con la ansiedad, con los nervios. Es una palabra muy amplia que a mí me gusta, a pesar de que todo el mundo la encuentra fea. Tiene que ver con sexo, goce, fiesta y pasarla bien. El sudor también es un componente del sexo que a veces la gente se asusta.

—¿Cuál ha sido tu mejor "sudada" del ultimo tiempo?

—La de hoy.

—¿El mejor Fuguet está por venir?

—Está aquí, viejo.

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