Hace cuarenta años el inglés Guy Hooper jugaba su primer partido de cricket en el jardín de su casa ubicada en un pueblito cerca de Cambridge. Tenía cinco años mientras su padre, con mucha paciencia, le enseñaba este popular deporte inglés. "Es muy común que en los patios de las casas de Inglaterra los niños desde chicos practiquen críquet", dice este empresario del vino, quien vive hace 20 años en el país.

En Chile, el escenario del críquet es completamente diferente al del país natal de este inglés. Aquí la mayoría juega fútbol y pocos saben acerca de este deporte. A pesar de esto, su pasión por esta disciplina ha perseverado y ya lleva 40 años jugando. En Santiago, Guy fue capitán de la selección nacional chilena y fue presidente de la Asociación de Cricket de Chile (2009-2013)

Lo primero que Guy aclara sobre el críquet es que es un deporte de caballeros. "El espíritu del críquet es de respeto entre los compañeros, con los del otro equipo y con los árbitros".

El críquet es una disciplina de bate y pelota, donde se enfrentan dos equipos de once jugadores cada uno. "Se parece al béisbol pero el bate es plano y sólo hay dos bases: una desde donde se lanza la pelota y otra donde se la recibe y batea", explica.

Y agrega: "Es una disciplina con muchas sutilezas donde un partido puede durar cinco días e incluso al final se puede empatar".

Este deporte de origen inglés, que se remonta al siglo XVI, llegó a Chile hace más de cien años. El primer partido de críquet se jugó en 1829 en Valparaíso entre los oficiales y el personal de dos buques de la Armada británica.

A la conquista de chilenos

El críquet es el segundo deporte más jugado en el mundo después del fútbol. Esto, porque los países que lo practican como deporte nacional (India, Pakistán, Bangladesh, entre otros) congregan cerca de un cuarto de la población mundial.

En Chile el críquet no es masivo y es jugado principalmente por los británicos, australianos, neozelandeses, sudafricanos, indios y paquistaníes. "Tenemos un 5 por ciento de jugadores chilenos y un 95 por ciento de extranjeros. Lo positivo es que este porcentaje de chilenos va creciendo todos los años", comenta Hooper.

En Santiago hay cuatro equipos en la categoría adultos y un equipo de mujeres con jugadoras de Santiago, Viña del Mar y Chillán.

En la categoría adulto (masculino), Chile ha sido campeón a nivel sudamericano y en la categoría juvenil (sub 13, sub 15 y sub 17) ha tenido éxito en campeonatos sudamericanos.

"Los extranjeros van y vienen, y el interés en el críquet sube y baja. Necesitamos más chilenos para mantener la continuidad de este deporte", afirma Mike Meade, presidente de la Asociación de Cricket de Chile.

En tanto, Guy Hooper sostiene que no ha sido fácil difundir el críquet en Chile. "El críquet necesita un par de hectáreas y aquí no hay conocimientos de la mantención de las canchas y debemos hacerlo nosotros. Somos todos voluntarios, lo que requiere tiempo, esfuerzo e inversión".

El críquet en el país no recibe fondos del gobierno chileno y dependen de apoyos externos del ICC (International Cricket Council). "Ellos mandan un monto mínimo de plata que no es suficiente para desarrollar el críquet en Chile. Pero nos permite trabajarlo con los niños, donde invertimos gran parte de lo que recibimos", cuenta Hooper.

Y añade: "Otro obstáculo para que se sumen más chilenos ha sido la duración de los partidos. Podemos comenzar a la una de la tarde y terminar a las seis; a los chilenos les cuesta comprender esto, pero es parte de nuestra cultura", comenta.

En Santiago hay una cancha de críquet en La Dehesa, que es propiedad de Cencosud y también hay una en el Country Club. Además, uno de sus jugadores está construyendo una cancha cerca de Curicó.

"Sería fantástico contar con una cancha pública, pero para eso necesitamos el apoyo de una municipalidad que nos dé los terrenos y los fondos para mantener la cancha", dice Hooper.

En regiones existe un grupo más reducido de jugadores en Chillán, Viña del Mar, Concepción, Antofagasta e Iquique.

Colegios en el eje

El principal enfoque de la Asociación de Cricket está en los colegios donde han tenido éxito reclutando a jóvenes chilenos. Incluso varios han jugado en campeonatos nacionales e internacionales.

Actualmente, hay aproximadamente 1.000 niños jugando críquet en todo el país y cerca del 85 por ciento son chilenos.

El equipo femenino de críquet está compuesto en un 85 por ciento de chilenas y un 15 restante de extranjeras. Según Mike Meade, el críquet femenino en el país es muy pequeño. "Las chilenas tienen mucho talento, pero necesitan más experiencia. Si tuviéramos suficientes mujeres que pudiesen jugar más partidos en vez de sólo practicar, habría una gran diferencia".

Así y todo, los equipos femeninos han participado en varios campeonatos sudamericanos a nivel regional. La inglesa Kate Smith es profesora de Educación Física en Santiago, y ha sido capitana de la selección chilena y una de las precursoras de este deporte en el país.

"Para las chilenas, el críquet es un deporte completamente nuevo, sería fantástico tener más mujeres jugando. Espero con entusiasmo ayudar al críquet en Chile, que seguro tendrá mucho éxito en los años que vienen", concluye.

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