La amplia ventaja que mantiene el negocio minero sobre la actividad metalúrgica en Chile le está pasando la cuenta a la propia industria extractiva, en momentos en que enfrenta un nuevo ciclo de baja del precio del cobre. En estas circunstancias el rezago de la inversión en metalurgia adquiere mayor relevancia en la estructura de costos de la minería, al tiempo que debe pagar un sobreprecio por la falta de capacidad de fundición y de refinación local.

Desafiando a la fuerte hegemonía de los cuadros técnicos que por décadas han sugerido no invertir en metalurgia, la Empresa Nacional de Minería (Enami) se dispone a romper esta inercia, con un plan de desarrollo en Paipote. Este incluye la ampliación y modernización tecnológica de la antigua fundición Hernán Videla Lira y la construcción de una refinería, para completar la cadena de valor del cobre y recuperar otros metales que contienen los concentrados.

El vicepresidente de Enami, Jaime Pérez de Arce, informó que la primera fase del plan demandará una inversión superior a US$ 400 millones y permitirá elevar la capacidad de fundición desde 380 mil a 450 mil toneladas de concentrados al año. "Para ganar en eficiencia y mejorar el desempeño ambiental, estamos adquiriendo tecnología moderna en China y adaptando unos equipos algo más antiguos de origen polaco", declaró el ejecutivo.

La ampliación de la Fundición Hernán Videla Lira quedaría lista en 2018 y junto con ello mejorará su desempeño ambiental, llegando a capturar el 97,8% de las emisiones contaminantes. En la actualidad la norma para este tipo de usinas obliga a capturar el 95% de las emisiones.

Junto con lo anterior, Pérez de Arce dijo que están estudiando "un proyecto mucho más grande, para instalar una nueva fundición en Paipote, aledaña a la actual, la que nos permitiría subir a una capacidad de 800 mil toneladas/año". Para ello evalúan adquirir tecnología china, conocida como de conversión continua.

Anunció también el estudio de una tercera fase, esta vez más ambiciosa, para construir una refinería polimetálica en Paipote, "la cual nos permitiría avanzar en la cadena de valor y cumplir con nuestra visión estratégica, en este caso de procesar los ánodos de cobre que hoy tenemos que enviar a otras refinerías".

Según Pérez de Arce, una refinería polimetálica en Paipote permitiría elevar la rentabilidad de este complejo, porque lograríamos recuperar otros metales presentes en los concentrados, distintos del cobre, como son oro, plata, platino, selenio, etc. "Una fundición que no esté integrada a una refinería es un negocio muy débil, porque el ánodo que aquella produce no es un elemento que se pueda comercializar, pero sí los cátodos que producen las refinerías", añadió.

Brecha de volúmenes

El volumen de concentrados de cobre que se envía a fundiciones extranjeras llega a 16 millones de toneladas/año, mientras tanto, las siete fundiciones que operan en el país tienen capacidad para procesar 5,6 millones de toneladas/año. De este volumen se obtiene 1,5 millones de toneladas de ánodos de cobre, los que luego entran a un proceso de refinación para obtener cátodos de cobre.

Los costos asociados a la peregrinación externa de los concentrados producidos en Chile van desde la logística en tierra y el transporte naviero hasta los pagos a empresas extranjeras por el uso de las fundiciones y refinerías.

Por si esto fuera poco, a Codelco le está resultado cada vez más caro procesar sus concentrados en el exterior, no sólo por los costos de traslado, sino también porque las fundiciones extranjeras le cobran una tarifa mayor por los llamados "concentrados complejos", que tienen un alto contenido de arsénico.

Para tratar de sortear esta situación, la empresa estatal se ha visto obligada a comprar concentrados limpios a otros productores y mezclarlos con los "complejos", de modo de acceder con mayor expedición a las refinerías extranjeras, particularmente a las chinas. Desde 2014, las autoridades chinas comenzaron a aplicar una norma ambiental que obliga a sus fundiciones a recibir concentrados con un máximo de 0,5% de arsénico.

Hoy, los concentrados más complejos de Codelco son los de Ministro Hales y Chuquicamata, que en promedio presentan entre 6% y 2% de arsénico, respectivamente. "Este elemento es de alta peligrosidad y tiene potencial cancerígeno, por eso debe ser extraído en el proceso de fundición y luego confinado, salvo que se destine a la producción de trióxido de arsénico, que tiene valor comercial para la producción de pesticidas, algunos fármacos y preservantes de madera, entre otros", señala el ingeniero metalurgista Claudio Dodds.

En el último cuartil

Según, Dodds, las fundiciones de cobre chilenas se ubican entre las más ineficientes del mundo, esto es, en el último cuartil del ranking. Operan con reducidos márgenes de utilidad y presentan atrasos tecnológicos significativos. "Por desgracia, nos hemos conformado con ser un país líder en minería en el mundo, pero estamos entre los peores en metalurgia del cobre", añade el ingeniero. Luego pregunta ¿por qué otros países que no tienen la riqueza mineralógica de Chile, como Japón, China, Corea del Sur, Alemania, Francia, Bélgica, Rusia o Polonia, han logrado ser más eficientes en metalurgia? Y la respuesta es una sola: "porque tienen más vocación industrial que Chile y saben que pueden capturar un mayor valor agregado invirtiendo en tecnología para procesar las materias primas que les venden otros".

Según Claudio Dodds, "en Chile persiste una distorsión histórica del potencial minero que ha impedido una mirada más amplia, a tal punto que tenemos un Ministerio de Minería que es sólo eso, de minería, sin que las empresas del sector muestren mayor interés por seguir desarrollando la cadena de valor".

Aun reconociendo que la mayor renta comparativa está en el negocio de extracción del cobre, Dodds sostiene que si el país hubiese destinado parte de las ganancias mineras a invertir en el resto de la cadena de valor, hoy podría mostrar mayor competitividad en la metalurgia del metal. En algún momento lo hizo Codelco con el desarrollo del convertidor tipo Teniente, pero dice que éste fue superado por nuevas tecnologías desarrolladas en Europa y Asia, donde predominan versiones mejoradas de las conocidas como fusión en baño, flash y mixtas.

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