Hay mucho prejuicio. De verdad ella ha gatillado esta nueva etapa que vive Maturana distinta al biólogo que conocimos". Soledad Onetto Periodista

"Todo dolor y sufrimiento es de origen cultural".

Es 1998 y la frase se la dice Ximena Dávila Yáñez, a su profesor de posgrado en Epistemología, Humberto Maturana. El Premio Nacional de Ciencias, sorprendido, atina a responder "¡pero qué interesante!".

De esta forma, en los patios de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, comenzó una relación entre ambos que hasta hoy perdura. Es, también, parte de la historia de una mujer que hace 16 años acompaña como socia y amiga a uno de los científicos y filósofos más reconocidos del mundo.

Cristóbal Gaggero hijo de Dávila, relata que luego de ese diálogo "Humberto sale de la U. de Chile, se asocia con Ximena que pone el capital y fundan Matríztica". Este es el Instituto Matríztica, la entidad destinada a dictar conferencias, seminarios y workshops que hoy está presente en siete países de América y Europa, y que le ha permitido a Maturana alcanzar estatus de rockstar.

Desde hace dos semanas han estado en medio de la polémica por las duras críticas que Maturana lanzó (en una entrevista a Revista Capital) contra sus ex discípulos Fernando Flores, Julio Olalla y Rafael Echeverría, a quien acusó de plagio. Este último se defendió diciendo que ya en septiembre del 2008 "fui informado que él y Ximena Dávila, dirigían hacia mí ataques equivalentes en sus cursos. Les escribí a ambos, refutando los hechos que esgrimían".

Hija de anarquista

En buena parte del éxito profesional de Maturana está Dávila (63 años, orientadora familiar del Instituto Carlos Casanueva), que ya desde los 80 se dedicaba al mundo de las consultorías. "Mi mamá se empezó a dedicar a eso y no porque necesitara recursos, ya que teníamos un súper buen vivir porque mi papá era empresario. Lo hizo porque le gustaba; su papá, mi abuelo, fue dirigente sindical durante muchos años, fue uno de los fundadores de la CUT, entonces siempre estuvo inmersa en el tema de los derechos laborales y de cómo generar que la empresa sea un mejor lugar para habitar".

La historia de su padre, el trabajador gráfico Luis Dávila González, la marcó: cercano a Clotario Blest, sufrió la persecución política durante el segundo gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, lo que lo obligó a pasar una buena temporada escondido en el subterráneo de una casa. Otra vez, recuerda hoy el nieto, "lo agarraron a balazos en el Teatro Caupolicán mientras daba un discurso. Era un tema recurrente en la mesa".

Lo de Ximena, apunta su hijo, es la lucha. Luego de su separación (y posterior muerte de su ex marido) tuvo que salir adelante con sus tres hijos. Otro momento duro fue el fallecimiento de un nieto.

Bajo perfil

Sea por opción propia o falta de reconocimiento, Ximena Dávila ha mantenido un bajo perfil. "Lamentablemente no conozco lo suficiente a Ximena, para emitir un juicio fundado", dice Juan Huircalaf, gerente general de Imagen S.A., y uno de los seguidores de Maturana.

"La verdad es que no tengo mucha información con respecto a ella", apunta a su vez el decano de Educación de la Universidad Mayor, Cornelio Westenenk, quien contrató a Maturana para realizar un magíster en la institución.

"Es orientadora familiar. Es lo único que sé", agrega un reconocido coach, que prefiere el anonimato.

Una opinión diametralmente opuesta tiene la periodista y conductora Soledad Onetto, quien trabaja hace dos años con Dávila y Maturana: "Hay mucho prejuicio respecto al rol de ella y eso es tremendamente injusto, porque ella es una mujer muy capaz, muy inteligente y de verdad yo creo que ella ha gatillado esta nueva etapa que vive Humberto Maturana, distinto al biólogo inicial que conocimos".

"Ella siente las críticas. En las entrevistas que da, como que hay una necesidad de ponerse a explicar quién es y eso es súper injusto", agrega.

Para Onetto, aparte de la relación que se ha generado en todos estos años ("encontraron una gran amistad"), Dávila ha ayudado al prestigio alcanzado por el filósofo. "De verdad creo que el encuentro entre ambos es trascendental en la vida de Humberto Maturana. Tiene que ver con la conexión con el mundo para encontrarse con la realidad, hacia nuevos campos, y a relacionarse hoy día con individuos, empresas, corporaciones que están en otra mecánica, distintos a los que trabajaba Humberto en su laboratorio".

LEER MÁS
 
Más Información