La Batuta

Más viva que nunca

La gracia de este mítico bar es que a sólo pocos metros está tocando la banda. Después, el que quiera se va a bailar (se abre a la música con Dj de la casa) e incluso puede compartir con los músicos. El público es variado según el grupo que esté tocando, pero el promedio es de 25 a 45 años. La Ley, Charly García, Los Tres, Flaco Spinetta, Café Tacuba han pasado por aquí. Lo mejor de la música de los 80, los 90 y de la música actual nacional e internacional pasa por Batuta (Jorge Washington 52). "Todos quieren tocar aquí, el promedio mensual de solicitudes sobrepasa las cien bandas y aunque nos encantaría darles cabida a todos, no damos abasto", comenta su dueño, Hugo Liebner.

Y agrega: "La Batuta es un local con mucho amor y mucha mística. Todos estos años, junto con todos los dueños anteriores le hemos puesto el alma y el corazón para que siga siendo el escenario más importante de Chile".

Aunque desde el comienzo la idea fue fomentar la música nacional, La Batuta primero fue ideada como teatro, luego como café y finalmente se quedó como bar con música en vivo. En 1989 se convirtió en epicentro de la música local e internacional. "Nuestro éxito es ser humildes y abrirnos cada día a lo nuevo, sin dejar de lado a los que nos vieron nacer y que participaron en nuestro desarrollo. Chile está lleno de bandas y la música en vivo es un rubro muy activo. Nos enorgullece haber sido parte importante de la gestación de ello y eso hace que La Batuta esté más viva que nunca", asegura Liebner.

La siguiente apuesta de Liebner es crear la fundación La Batuta para apoyar a bandas emergentes. "El objetivo es tener un estudio de grabación y becas para niños con problemas económicos y sociales y poder abrirles una puerta a esto que es tan bonito, la música", comenta.

Los jueves, las bandas parten tocando a partir de las 23 horas; los viernes y sábados desde las 00 horas. En época veraniega abren también los miércoles.

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El Clan

Una máquina del tiempo

Desde el exterior este bar no dice nada, no hay ningún letrero con el nombre del local, pues la idea de sus dueños es mantener la onda media clandestina de sus inicios. Aquí llegan sólo los comensales (de entre 23 a 45 años) que saben del lugar. Vienen a escuchar buena música y a tomar algo, porque acá no sirven comida.

Una vez adentro el trago de la casa es el absenta sour y el repertorio musical que hay es amplio, desde rock, electro, soul, hip hop hasta cumbia. La música es de todas las épocas, desde los años 50 hasta hoy. Entre los chilenos son recurrentes los nombres de Ana Tijoux, Tiro de Gracia, Joe Vasconcellos, Gepe, Manuel García, Los Tetas y Electrodomésticos. Y entre los músicos de afuera están los españoles Tonino Carotone y Amparo Sánchez.

Carolina Caselli, una de las fundadoras, cuenta que la mística de El Clan se inició el año 2000. "Era un departamento adaptado como bar clandestino en plena Plaza Italia para albergar al mundo artístico en todas su expresiones como si estuvieran en su propia casa".

Fueron tres casas, en tres años: Plaza Italia, Matta Oriente y Manuel Montt. "En el día era un apacible hogar y en la noche se convertía en epicentro de las mejores fiestas", recuerda su dueña. En el año 2003, sus fundadores, Carolina Caselli y Mauricio Araya (ex socio), abandonaron la clandestinidad para abrir un nuevo espacio junto a Dante Caselli. Así comenzó el mítico Clan de Bombero Núñez 363 en Bellavista. "El Clan es una máquina del tiempo que a través de la música y el baile, te invita a un viaje por diversas épocas y al encuentro de la tribu del espíritu joven, artista, melómano y aventurero", comenta Carolina Caselli.

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