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Juan Cristóbal Guarello no tiene problemas en reconocer a Jorge Sampaoli como el mejor entrenador en la historia de la selección chilena. Sin embargo, hoy su sola mención le genera una mueca de repudio.

"Es un hombre confundido. Está en un laberinto donde no tuvo la cabeza fría, se dejó llevar por el contexto, las noticias, el ambiente, y no supo manejar el problema. Se le fue de las manos".

—Hay dos tipos de laberinto, en los que se entra y los que uno mismo crea.

—Las dos cosas, es una figura literaria divertida. A medida que iba avanzando lo iba construyendo, y llegó un momento que había construido un laberinto tan grande, tan vasto y tan intrincado que no supo cómo salir de él. Y cuando trataba, construía más pasadizos.

Ni Mahoma

"Siempre que se va el entrenador de la selección es con conflicto", asegura Guarello, quien a sus 46 años y con cuatro libros —"Historias Secretas del Fútbol Chileno" y el "Anecdotario del Fútbol Chileno", cada uno con dos tomos— asegura que la crisis provocada por Sampaoli es una de las peores de todos los tiempos.

—¿Será que somos incapaces de tener salidas pacíficas?

—En Chile se sobrevalora la importancia del entrenador de la selección. En los países más futbolizados, los técnicos raramente salen con escándalo; los de España, Francia, hasta los de Inglaterra, aunque llevan 50 años sin ganar nada. Pero la selección se ha transformado en nuestro gran escenario de la opereta nacional.

—Y el entrenador es el héroe y el antihéroe de la obra.

—Si hubiera que hacer una especie de ópera bufa de Chile, evidentemente estarían Bachelet, Dávalos, Novoa, pero también Sampaoli. O antes Bielsa, Acosta, Juvenal Olmos, Pedro García o el "Bigotón" Azkargorta.

—El mismo Arturo Salah lo vivió en 1993, tras fracasar en una Copa América.

—Se fue con críticas, pero no fue esta cosa sanguinaria. Tampoco Mirko Jozic, que vino después y renunció, más que nada deprimido por lo que pasaba en la guerra de los Balcanes. Pero desde entonces todas las salidas han sido con sangre, dramáticas, terribles, con noticias en portada, a nivel nacional y transversales. Y está cada vez peor, se va profundizando.

—Pero las crisis siempre las gatillaban malos resultados, ahora no fue así. Hace seis meses se ganó la Copa América y el equipo está 5° en el ranking FIFA.

—Lo que demuestra lo paradojal que es todo en el fútbol chileno.

—Y sólo la semana pasada la Cadem reflajaba un 78% de apoyo a Sampaoli.

—De todo, esa fue la mayor locura, cuando dijo que necesitaba un 99% de aprobación para quedarse. ¡Si ni Mahoma en el Estado Islámico concentra ese nivel de unanimidad! Está completamente deschavetado.

—¿Tanto como su ídolo? Bielsa también se fue por voluntad propia.

—Esta ha sido más sanguinaria, pero lo de Bielsa fue distinto, más escandaloso, porque el personaje tenía una connotación política.

—Pero no el más político de todos. El alemán Rudi Gutendorf fue amigo de Allende, recibía trato de ministro, coronó a una Miss Chile y se tuvo que arrancar para el golpe.

—¿Perdón? ¿Tú eres periodista deportivo?

—Sí.

—Eso de que se arrancó en el último avión es un mito estúpido. Lo inventó él mismo para darle a su biografía un toque místico, épico. Gutendorf se fue el 28 de marzo de 1973 en un barco desde Valparaíso. Quien estaba para el golpe era el "Zorro" Alamos. Es increíble que la gente crea todas las historias que escucha sobre la selección.

Todos hechos pelota

—¿Hay un requisito, una receta para llegar a ser técnico de la selección?

—A estas alturas, los parámetros han subido mucho. Antes le iba mal, lo echaban y elegían a alguno que le estuviera yendo bien en el ámbito local, porque la mayoría de los jugadores estaban acá. Ahora tienes que lidiar con multimillonarios en el camarín, tipos acostumbrados a mirar en menos a los entrenadores e incluso a los compañeros que no tienen el mismo poder económico. Hay que tener cuero de chancho.

—¿Y una cuota de locura?

—¿Viste las fotos de Bielsa cuando llegó y cuando se fue? Y pasaron tres años nomás. Es como ser presidente, como entra George Bush y como sale, como entra Obama y como sale... Todos hechos pelota. Es mucha la exposición, agrandada por las redes sociales. Hay un ruido constante, te desgasta y, al final, todas esas pequeñas agujas terminan haciendo una herida.

—¿Riera, Alamos? ¿Alguno habría salido adelante en las condiciones actuales?

—Es que es otro contexto. En los 80, por ejemplo, esos camarines eran pesadísimos, pero eran todos conocidos y ganaban más o menos la misma plata. Ahora, no quiero pensar en lo que hubiera sido una interna con el "Cóndor" Rojas, Jorge Aravena, el "Pato" Yáñez, el "Chino" Hisis, ganando cada uno 5 millones de dólares al año. Hubiera sido incontrolable.

—Hoy llama la atención que los seleccionados no apoyen a Sampaoli públicamente.

—A ver. Sampaoli se ganó un respeto con resultados, pero lo fue perdiendo. Lo que pasa es que el sampaolismo leninismo no lo quiso ver. El habló mal de los jugadores en privado, en varias reuniones, incluso con periodistas en off. ¿Si eso hubiera pasado antes? El "Cóndor" le hubiera partido la cara, sin duda. ¡Si el "Cóndor" estuvo a punto de aforrarle a Miguel Nasur! O sea, Jorge Aravena se hubiera vuelto loco. ¿El "León" Astengo? Ufff.

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